Diferencias fundamentales

Muchas de las personas que compran un Stryd y se disponen a usarlo para sus entrenamientos de carrera provienen del mundo del ciclismo. El conocimiento que tienen en el uso de la herramienta es muy valioso y esto permite que entiendan de forma mucho más fácil y rápida cómo usarlo para entrenar y cómo usarlo para después competir.

Sin embargo, esto no conlleva que no se sorprendan con algunas particularidades propias de cada actividad. La primera de todas y más importante es que en ciclismo, la potencia es mucho más variable que en la carrera. Por razones obvias, no es lo mismo dejarse deslizar en la bicicleta pendiente abajo, detrás de un pelotón o simplemente aprovechar la inercia generada para mantener una velocidad más o menos constante en llano. Por esta razón, el trabajo muscular es muy diferente ya que es posible realizar esfuerzos muy intensos, al límite del agotamiento total si después vienen precedidos por una bajada, ponerse a rueda de un grupo o cualquier otra situación estratégica de carrera.

En la carrera sin embargo, esto no sucede. Podemos generar la potencia máxima en 5 segundos pero si acto seguido dejamos de generar potencia, nos paramos instantáneamente. Es decir, potencia 0 = velocidad 0. Ya sea en un recorrido por carretera o de trail, la velocidad que imprimamos vendrá directamente condicionada por la potencia que imprimamos y sólo gracias a la inclinación del recorrido, el viento o la sutil ayuda de rodar en grupo, en orden de mayor a menor asistencia, nos permitirá bajar de forma leve la potencia para sostener la misma velocidad.

Esta característica determinará en gran manera el entrenamiento del corredor asemejándose a un ciclista que prepara una contrarreloj más que a un ciclista que prepara un prueba en línea.

En ciclismo, tenemos competiciones muy variadas que requieren prestaciones variadas. Derivado de ello podemos observar claramente diferentes perfiles de ciclistas atendiendo a sus fortalezas y por ende a sus debilidades. Igualmente, dentro de estos, según las posibilidades que tienen de generar potencia: un sólo pico brutal, grandes picos sucesivos en poco tiempo y valores altos constantes de potencia absoluta o relativa; determinará el desempeño de cada ciclista.
Por esta razón, a nivel morfológico, se pueden apreciar esas grandes diferencias entre los deportistas de ese deporte.

En la carrera esto no pasa. Si uno se fija en los cuerpos de los corredores que están en primera línea de una carrera, todos están cortados bajo el mismo patrón. La característica que predomina es un índice de masa corporal muy bajo para que de este modo, los vatios que se generan permitan alcanzar y sostener velocidades elevadas y se haga de la forma más eficiente posible, generando el mínimo desgaste para poder sostenerse durante el mayor tiempo posible. En este sentido, el perfil de ciclista que se parecería más a un corredor es el de un escalador, capaz de generar una gran cantidad de vatios en relación a su peso corporal.


En corredores de élite, valores alrededor de 6 w/kg son habituales. Los corredores populares que entrenan de forma seria suelen situarse entre 4 y los 5 w/kg mientras que los corredores populares que van a acabar las competiciones por el simple disfrute, están alrededor de los 2 y los 3 w/kg. En mujeres, estos valores son ligeramente inferiores pero pueden servir también de referencia para predecir niveles de rendimiento.

En cuanto a la forma de entrega de potencia, los corredores no necesitan realizar esprints a máxima potencia (a menos que sea en los metros finales de una competición), ni tampoco cambios de ritmo a potencia alta para descolgar a nadie.
El corredor necesita un ritmo constante lo más alto posible para poder sostenerlo de principio a final. Por ello, el consumo máximo de oxígeno, el umbral de potencia funcional, el tiempo hasta la extenuación, la stamina o la capacidad aeróbica serán de mayor a menor intensidad y de menor a mayor duración de la competición, los requerimientos que cada prueba solicitará del deportista.

Por tanto, en términos de entrega de potencia, el corredor de distancias cortas inferiores a 1 hora aproximadamente (kilómetros verticales, 5k-10k-21k de asfalto o 10k de trail en línea) tendrá los mismos rasgos comunes con el perfil de escalador en ciclismo.
A medida que la distancia se incrementa, la entrega de potencia del corredor será más parecida a la de un buen ciclista escalador cazador de etapas, es decir, de los que se escapan, ya que sus valores fisiológicos no le alcanzan para un duelo mano a mano con los mejores escaladores del pelotón. Sólo por una cuestión estratégica puede llegar a ganar.
Este perfil, trasladado a la carrera sería el de maratón y ultras, con elevadas prestaciones en cuanto a mantenimiento de una potencia media alta pero imposibilitado de ganar a los mejores especialistas de trails cortos.

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